Frente al academicismo de la pintura española de principios del siglo xx, Nicanor Piñole (Gijón, 1878-1978) introdujo nuevos códigos pictóricos procedentes de las modernas corrientes europeas vinculadas al impresionismo.

Cursó sus estudios en la Real Academia de San Fernando de Madrid y, hacia 1900, completó su formación en Roma. De regreso a España, en 1902, vivió una etapa de silencio. En 1915 participó en una exposición en el gijonés Club de Regatas, a la que siguieron otras en Madrid, París, Londres y, de la mano de la Fundación Carnegie de Pittsburgh, en distintas ciudades de Estados Unidos. Pasó la Guerra Civil en Asturias, entre Gijón y la quinta de Chor, en Carreño, de donde procedía la familia materna. Después de la guerra fue ganando un reconocimiento cada vez mayor.

En su pintura se interesa por uno de los principales aspectos del paisaje humano de Asturias: los tipos y personajes que habitan a orillas del Cantábrico, los oficios del mar, la vida que transcurre en el puerto o en la playa, temas a los que Piñole se acerca con una clara vocación realista. Capta las formas de vida tradicionales del mar y retrata a sus personajes en actitudes contemplativas, en gestos cotidianos que adquieren en su obra una dimensión universal.