© Manuel Ángeles Ortiz. VEGAP, Madrid, 2022
CATÁLOGO DE COLECCIONES
Manuel Ángeles Ortiz vivió el breve e intenso renacer granadino de las dos primeras décadas del siglo xx. Fue amigo de los pintores Ramón y José Carazo, del escultor Juan Cristóbal y de Federico García Lorca, a quien conoció en su infancia. Pocos años después estableció amistad con Ismael González de la Serna, otro joven aspirante a pintor.
Vencida la resistencia familiar a que se dedicara a la pintura, asistió a las clases que impartía José Larrocha. En una sesión de modelo, conoció a Paquita, una niña gitana de ocho años que acostumbraba a posar junto a su madre, «La Bernarda», conocida popularmente como La perla del Albaicín.
Tras ampliar sus estudios de pintura en 1912, en Madrid, en el taller de Cecilio Pla, a finales de 1919 se casó con Paquita y, al año siguiente, el matrimonio y su hija recién nacida se instalaron en París. De esa época feliz y de ese primer contacto con la capital del arte es esta Vista de París, de 1920, un dibujo al carbón de influencia expresionista. Ángeles Ortiz pronto abandonó ese estilo y se inclinó hacia un primer cubismo en la estela de Vázquez Díaz, a quien conoció en esos años.