CATÁLOGO DE COLECCIONES
Manolo Hugué fue un personaje singular que alternó una juventud azarosa y aventurera por los bajos fondos de Barcelona y la amistad con los grandes artistas de vanguardia. El escritor Josep Pla dejó de él un retrato imperecedero: Vida de Manolo contada per ell mateix [contada por él mismo], de 1928.
En los últimos años, su obra se ha reivindicado al margen de este componente anecdótico. Más conocido en su faceta de escultor, Manolo fue también un extraordinario dibujante y pintor. En una primera estancia, entre 1910 y 1917, en Céret, en la Cataluña francesa —lugar de encuentro para los artistas internacionales—, el artista desarrolló un lenguaje propio, próximo al cubismo.
Este dibujo corresponde a la segunda etapa en Céret, entre 1919 y 1927. Utiliza el color de manera espontánea y con soltura, y realiza su singular interpretación de la modernidad. Toma un tema clásico, el estudio de la espalda de una mujer, y lo desarrolla de una manera original, buscando el contraste entre las formas rotundas y la suavidad del color.
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