La investigación sobre la idea de lugar es una de las principales claves de la obra de José Guerrero. Sus trabajos suelen desplegarse en series que exploran, desde sucesivos puntos de vista y a partir de detalles y motivos diversos, las particularidades de un lugar concreto. Es el caso de Thames, serie en la que muestra un conjunto de imágenes de su singular exploración del río que atraviesa Londres, con la bruma como eje formal y temático. Se trata de un acercamiento a la gran metrópolis —que en la serie es apenas atisbada— desde la que antaño fue su principal vía de acceso, ahora reverso brumoso de un pasado del que emergen vestigios que parecen interrogar sobre su historia.

En la indagación de José Guerrero sobre el lugar, en el conjunto de imágenes que teselan su figura, hay, a su vez, un trabajo del espacio. Se da en la composición y el uso de la perspectiva, en la atención a los tonos y a la luz. Una exploración formal que se manifiesta a lo largo de toda su trayectoria, a caballo entre el registro documental y la atracción por la desnudez abstracta, que en el caso de Thames se subordina al verdadero eje de la serie: el polo material de la bruma y el tratamiento de sus valores expresivos y simbólicos, desde lo onírico a lo fantasmático.