Isidre Nonell (Barcelona, 1872-1911) nació en el seno de una familia catalana relativamente acomodada, lo que no impidió su carácter bohemio. En 1888 se matriculó en la Escuela de Aplicación, en el edificio de la Llotja, y posteriormente, junto con su amigo Joaquim Mir, recibió lecciones en el taller del pintor Lluís Graner. Los modelos de Graner, gente humilde, desheredada, pobres de la calle, le causaron un gran impacto y se convirtieron en protagonistas de su producción.

Tras participar en varias exposiciones colectivas, inició una colaboración gráfica en el diario La Vanguardia, con dibujos de tipos y escenas populares, trabajo que alternaba con sesiones de pintura en suburbios y descampados de Barcelona. En el verano de 1896 realizó una serie de dibujos de los habitantes del valle de Boí afectados de cretinismo. En 1897 viajó a París y presentó su obra en varias exposiciones, en las que coincidió con Paul Gauguin y Henri de Toulouse-Lautrec. De regreso a Barcelona, a partir de 1900 se consagró de lleno a la pintura, con retratos de gitanas y mujeres socialmente marginadas. En 1910 expuso su obra en las Galeries del Faianç Català, con un éxito rotundo truncado por su muerte prematura, a causa de unas fiebres tifoideas, un año después.