CATÁLOGO DE COLECCIONES
Este dibujo corresponde a la época de mayor relación de Hernando Viñes con el cubismo, en la segunda mitad de los años veinte. Se trata de un bodegón elaborado con trazos de carboncillo largos e incisivos, con los que representa una jarra y una guitarra. Las curvas del instrumento encuentran un eco en la sinuosidad de la jarra y en los pliegues del paño, mientras que las líneas rectas del mástil, ligeramente inclinadas, establecen un ritmo oblicuo en la composición. De esta manera, Viñes logra un equilibrio de fuerzas entre rectas y ángulos y la morbidez de las curvas, con el sombreado espontáneo y difuso que templa la intensidad del trazo.
A través de su tío Ricardo Viñes, que fue un pianista de renombre y un gran intérprete de Erik Satie, Hernando Viñes tuvo acceso al mundo intelectual y musical de París, sintió la pasión por la música y aprendió a tocar la guitarra flamenca. En esta y otras obras del mismo momento, reproduce plásticamente las ondulaciones y rupturas de la interpretación musical.
Otras obras del autor