Harry Callahan (Detroit, 1912 - Atlanta, 1999) se inició en la fotografía en 1938, mientras trabajaba en Chrysler Motor. En 1941, su encuentro con Ansel Adams y el descubrimiento de su obra supone un punto de inflexión fundamental. Poco tiempo después, en 1946, su trabajo obtiene el reconocimiento de László Moholy-Nagy, quien le invita a formar parte del equipo docente del Institute of Design de Chicago, de cuyo departamento de fotografía es nombrado director en 1949. Tras quince años en Chicago, en 1961 dejó su puesto para ponerse al frente del departamento de fotografía del Rhode Island School of Design, donde dio clases hasta su retiro en 1977.

La trayectoria de Callahan, que abarca más de seis décadas, está marcada por la innovación constante. Su obra ofrece un amplio abanico de técnicas, formatos y efectos que manifiestan un interés por la experimentación derivado de su exigencia de que la fotografía ofrezca una nueva mirada sobre la realidad.

En 1978 representó a su país en la Bienal de Venecia y un año después fue elegido miembro de la American Academy of Arts and Sciences. Su trayectoria ha sido reconocida con premios como el de la Academy of Fine Arts de Chicago (1992), la Edward MacDowell Medal (1993) y la National Medal of Arts (1993).