© Graciela Iturbide, 2022
CATÁLOGO DE COLECCIONES
Desde mediados de la década de los setenta, la obra de Graciela Iturbide recoge su creciente interés por las fiestas populares mexicanas y su integración de elementos procedentes de rituales católicos e indígenas. El carácter híbrido de estas manifestaciones, en las que la alegría de la celebración se da junto a la representación de la muerte —a la que se conjura al tiempo que se honra—, se corresponde con uno de los rasgos más notables de la obra de Iturbide: su voluntad de evitar la imagen cerrada, la mirada unívoca. Incluso en aquellos proyectos más cercanos al trabajo antropológico, en su obra está presente un peculiar sentido del humor que conjuga lo lírico con lo macabro y que aleja su trabajo de los peligros de una idealización acrítica de la tradición.
En su registro de las tradiciones populares o de las comunidades indígenas, la mirada de la fotógrafa trasciende el género documental, implicando la subjetividad de la mirada —que sabe ineludible— en la realidad que capta. Esta es una de las razones por las que la muerte, que tan trágicamente marcó su juventud —su hija Claudia murió en 1970, con seis años—, aparece como motivo constante a lo largo de su obra, ya sea de modo directo o a partir de diversos tropos visuales.
Otras obras del autor
Graciela Iturbide
Jano, Ocumichu, Michoacán, México
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata
Graciela Iturbide
Autorretrato, México
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata
Graciela Iturbide
Mujer ángel, desierto de Sonora, México
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata
Graciela Iturbide
Madonna, México D.F.
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata