© Graciela Iturbide, 2022
CATÁLOGO DE COLECCIONES
Ya en su primer trabajo, Los que viven en la arena, Graciela Iturbide incluye, entre el conjunto de retratos de las personas que conforman esa comunidad indígena del desierto de Sonora, una imagen titulada Autorretrato con los seris, en la que se muestra hierática, vestida con sus ropas y con el rostro pintado como los miembros de dicha comunidad. La imagen se inscribe entre el resto de retratos como si fuera el resultado de un acto ritual por el cual, al situarse ante la propia cámara, esta la acercara a ellos, la pusiera literalmente del mismo lado, en el mismo lugar.
Hay un sentido mágico, ritual, en los autorretratos que aparecen en Ojos para volar: retratos, autorretratos y otras fotografías, libro que con texto de Alejandro Castellanos publica University of Texas Press en 2006. La herencia surrealista es uno de los cauces que recorren subterráneamente su obra. Ojos para volar remite a uno de los motivos predilectos de la iconografía surrealista: la negación del ojo, hiriéndolo o cerrándolo, para acceder a otra visión más amplia y profunda, más cierta. Hay, a su vez, en sus autorretratos con animales —caracoles, un pez que sella la boca, serpientes que salen de ella— una actitud casi chamánica, de invocación de la naturaleza como otredad desde la que ver y decirse, que recuerda a la obra de artistas como Ana Mendieta.
Otras obras del autor
Graciela Iturbide
Jano, Ocumichu, Michoacán, México
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata
Graciela Iturbide
Autorretrato, México
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata
Graciela Iturbide
Mujer ángel, desierto de Sonora, México
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata
Graciela Iturbide
Madonna, México D.F.
Copia en papel baritado con emulsión de gelatina y plata