En 1979, Graciela Iturbide inicia la serie que supondrá su consagración internacional, «Juchitán de las mujeres», para cuya realización convivió con esta comunidad a lo largo de los años. La fotografía, una de las más célebres de esta autora, representa a Sobeida Díaz, una suerte de medusa mesoamericana que se dirige todos los días al mercado de Juchitán para vender sus iguanas, un recinto gestionado por mujeres y cuyo acceso está vetado a los hombres.

El proyecto surge tras la invitación del artista Francisco Toledo a realizar una exposición en la Casa de la Cultura de Juchitán, una población del istmo de Tehuantepec en Oaxaca, centro de la cultura zapoteca y símbolo de las luchas de las comunidades indígenas.