La trayectoria de George Grosz (Berlín, 1893-1959) transcurre entre Dresde, París, Berlín y Nueva York, donde se refugió en 1933 huyendo del nazismo. Fue una vida marcada por momentos de euforia creativa y un amplio reconocimiento, y por el desengaño, que Grosz glosó en sus memorias Un Sí menor y un NO mayor (1946).

Estudió en la Academia de Bellas Artes de Dresde. En Berlín, frecuentó la Academia de Artes y Oficios. En esta primera época pintó y dibujó escenas urbanas y de café que ponen en evidencia lo absurdo de la vida moderna. Participó de las actividades de la izquierda progresista y del Club Dadá de Berlín, junto a Wieland Herzfelde y John Heartfield. Fue uno de los primeros miembros del Partido Comunista alemán. En 1925 participó en la exposición de la Nueva Objetividad, junto al grupo liderado por Otto Dix. Paulatinamente la pintura al óleo fue tomando más importancia en su obra, mientras que, como humorista político, publicaba sus viñetas en el semanario Simplicissimus.

Varias obras suyas se incluyeron en la exposición Arte degenerado, organizada por los nazis. Tras el desengaño de su etapa americana, regresó en 1954 a Alemania, donde murió cinco años después.