CATÁLOGO DE COLECCIONES
Un marinero, posiblemente un pescador, junto al mar, con un gesto de cansancio: con la mano derecha se toca los gemelos de la pierna izquierda como para constatar su agarrotamiento. Tiene las piernas cruzadas y los ojos cerrados, tras un duro día de trabajo. Al fondo aparece esbozada mediante líneas muy sencillas la playa, con dos barcas. Ha colocado la silla de enea sobre la arena, lo que da a la escena un aire familiar y cotidiano.
Lahuerta capta el instante preciso y lo inmortaliza a través de un dibujo de una gran solidez formal. La figura del pescador está tratada con magnificente dignidad: es un hombre aún joven, vestido de manera muy simple; una figura intemporal, monumental.
El dibujo de línea neoclásico, muy depurado, remite a la tradición que va de Ingres a Picasso, y se sitúa en línea con el afán de crear una mitología moderna que tiene como trasfondo los nuevos realismos de los años veinte y la obra de Giorgio de Chirico.
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