En Con razón o sin ella, dos soldados españoles se enfrentan a tres soldados franceses, bien armados con bayonetas y alineados en un pelotón de ejecución. Uno de los españoles lleva un puñal en la mano y sangra abundantemente por la boca. En segundo plano se aprecia la lucha entre un grupo de personajes, quizás para no correr la misma suerte que los que van a ser ajusticiados.

Como en otras muchas imágenes de los Desastres de la guerra, Goya muestra la desigualdad de la lucha: la camisa ligera y las calzas cortas frente al capote, el correaje y la funda con el sable del soldado que aparece en primer plano. El pueblo español suple con coraje la falta de armamento. La proximidad entre víctimas y verdugos refuerza el efecto dramático.

Los soldados franceses aparecen de espaldas al espectador, en alusión al carácter universal de la violencia. Con la misma intención, Goya prescinde en esta escena de toda referencia al paisaje. Los verdugos forman un grupo compacto, una única figura, que anula cualquier singularidad.