La serie de grabados de Goya sobre la guerra de la Independencia no tuvo ninguna divulgación en su tiempo a causa de sus contenidos críticos. En las dos primeras partes (grabados del 1 al 47 y 48 al 64), dedicadas a mostrar la guerra y sus consecuencias, Goya no toma partido por ninguno de los contendientes: presenta la brutalidad, la pobreza y el hambre. Mientras, en los llamados Caprichos enfáticos (grabados del 65 al 80), critica con dureza y acidez el régimen político surgido de la contienda.

En Caridad de una mujer, que pertenece a la segunda parte, un personaje femenino, con la cabeza cubierta, lleva en sus manos un plato y lo ofrece a un grupo de pordioseros que están tumbados en el suelo, agotados por el hambre. En el lado derecho del grabado, un sacerdote obeso contempla la escena con indiferencia. La estampa refleja la hambruna que asoló a la población durante la guerra de la Independencia, especialmente entre 1811 y 1812, y muestra la insolidaridad de las clases más acomodadas, especialmente de la Iglesia.