Aprendiz en el taller de Josep Llimona y alumno de la Escuela de la Llotja, Enric Casanovas (Barcelona, 1882-1948) inició su trayectoria en Els Quatre Gats, donde expuso por primera vez en 1903. Ese mismo año se trasladó a París y se integró en la vida artística, junto a Picasso, Maillol, Gargallo, Manolo Hugué, Ramon Pichot y Joaquim Sunyer.

En sus visitas a Barcelona, formó parte de la tertulia de Quim Borralleras y se integró en la asociación Les Arts i els Artistes, vinculada al noucentisme. En sus obras, Casanovas reflejaba el ideal femenino, austero y sólido, que D’Ors propugnó en su obra La ben plantada (1911). Su nombre aparece vinculado a las publicaciones de La Revista y a la escuela de decoración de Joaquín Torres García.

En el momento de la Guerra Civil, se integró en la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura. Se trasladó a Tossa de Mar y dirigió su museo, que alberga obras de artistas vinculados con esta población como Marc Chagall o André Masson. En 1939, el artista y su familia se exiliaron a Francia. No regresaron a Cataluña hasta 1942. Tras pasar unos meses en prisión, Casanovas retomó su trabajo artístico en el barrio barcelonés del Guinardó, donde murió.