Darío de Regoyos (Ribadesella, Asturias, 1857 - Barcelona, 1913) fue un puente entre la pintura española y las vanguardias francesa y belga. En la Real Academia de San Fernando de Madrid fue alumno del pintor de origen flamenco Carlos de Haes. En Bruselas, la amistad con Théo van Rysselberghe le llevó a integrarse en el ecléctico grupo L’Essor y más tarde en denominado Les XX. Mantuvo amistad con James Ensor, Auguste Rodin, Paul Signac, Camille Pissarro y Georges Seurat. En 1880 viajó a París y expuso por primera vez en el Salon des Indépendants y en las exposiciones de La Libre Esthétique.

El libro España negra (1899), con textos de Émile Verhaeren, culminó su etapa expresionista. A partir de este momento evolucionó hacia el impresionismo y el postimpresionismo. En el País Vasco se desprendió de su atracción por lo telúrico y se entregó a un lenguaje pictórico que ensalzaba el aire y la luz. En esta época entró en contacto con los artistas catalanes de la revista Pèl & Ploma: Ramon Casas, Miquel Utrillo, Santiago Rusiñol. A partir de 1911 residió en Barcelona, donde, en el último año de su vida, celebró una exposición en las Galeries Dalmau. A su muerte, sus amigos belgas le dedicaron el Salon de La Libre Esthétique.