El desnudo femenino recostado es un tema clásico de la pintura, con una tradición en la que se inscriben desde Francisco de Goya y Jean-Auguste-Dominique Ingres hasta Édouard Manet, Amedeo Modigliani o Joaquim Sunyer, y que vive períodos asociados a la modernidad y la libertad.

Celso Lagar dedicó diversas obras al tema de la mujer desnuda con los brazos detrás de la cabeza, a la manera de La maja desnuda de Goya. Algunas son escenas pastorales; otras, baudelerianas escenas de burdel.

Este dibujo, estudio preparatorio del óleo Mujer desnuda recostada, también de hacia 1917, toma elementos de los dos estilos. Presenta a una mujer tocada a la española que mira al espectador con expresión complacida. La posición del cuerpo pone de relieve la forma del busto, el vientre y los muslos, y subraya el carácter sexual de la representación. Mientras, al fondo, un elemento arquitectónico clásico y, sobre todo, el paisaje de la ventana, pintado de azul, remiten a la luz y la sensualidad mediterránea.