© André Lhote. VEGAP, Madrid, 2022
CATÁLOGO DE COLECCIONES
Este dibujo corresponde a la primera etapa en la trayectoria de André Lhote, que expuso su obra por primera vez en la Galerie Druet de París en 1910. La figura de la mujer, tumbada en el suelo, tiene una apariencia de mármol, con el volumen rotundo de muslos, pechos y antebrazos, que contrastan con las manos y el rostro, resueltos de manera esquemática, como los de una escultura africana.
El dibujo, de atrevido escorzo, juega con elementos figurativos y abstractos, con la representación plana y el volumen, con la línea y el claroscuro. Busca crear un efecto de profundidad, situando una pierna de la figura en primer plano y obligando al cuerpo a una complicada torsión que permite a la modelo mirar de frente al espectador. Pese a lo complejo de la composición, la mujer aparece relajada y natural.
Lhote utilizó la figura de este dibujo en dos óleos —de 1910 y 1912— que incorporan un paisaje campestre, con el tratamiento de los volúmenes, las luces y las sombras propio del cubismo. Junto a la figura pintó combinaciones de distintos elementos: naipes y frutas, un plato de uvas y un abanico.
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