Alberto García-Alix (León, 1956) se trasladó a los once años con su familia a Madrid. En 1975 le regalaron su primera cámara fotográfica, con la que empezó a tomar imágenes de las carreras de motos en las que participaba su hermano. A partir de entonces, se adentró en el mundo fotográfico de manera autodidacta, influido por las imágenes de Walker Evans y August Sander que había visto en exposiciones de la Fundación Juan March y el Instituto Alemán de Madrid.

Sus fotografías de las décadas de los setenta y ochenta han quedado, con el paso del tiempo, como el testimonio de una generación que vivió el despertar del final de la dictadura en España, aunque son, sobre todo, la mirada personal del autor sobre su entorno durante aquellos años. A lo largo de su larga trayectoria, el fotógrafo ha construido un relato autobiográfico a partir de la fotografía, el vídeo y la palabra, convirtiendo su vida en el eje de su discurso artístico.

Ha realizado exposiciones en instituciones de todo el mundo, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, en 2008 o la Maison Européenne de la Photographie, París, en 2014, y su obra ha recibido más de una decena de premios, entre los que destacan el Premio Nacional de Fotografía otorgado por el Ministerio de Cultura de España en 1999, el Premio Bartolomé Ros de PHotoEspaña en 2003, el Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid en 2004, Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 2012 o Finalista del Deutshe Börse Photograpy Foundation Prize en 2014.