Misterio y percepción
Xita Rubert
Anastasia Samoylova
Peeling Poster, Los Angeles, 2022 / Cartel despegado, Los Ángeles, 2022.
© Anastasia Samoylova
Hay una muerte ambigua y silenciosa, que no es la del cuerpo, sino la del tiempo: un rostro o una vida decaen sin llegar, todavía, a desaparecer. Ese intervalo –que no es ni vida ni muerte, sino despegamiento intermedio, cuerpo desconchándose, limbo de la conciencia o paulatina enfermedad– suele omitirse de las biografías. Pero de pronto o poco a poco, y siempre sin que nadie pueda evitarlo, una parte del cartel cae y un ojo deja de ver y de ser visto.
Esta instantánea de Anastasia Samoylova –Cartel Despegado, Los Ángeles (2022)– muestra, además, un dibujo de una joven, no a la joven en sí: estamos ante una fotografía de una ilustración, no del rostro real. Y la ciudad californiana no es trivial, sino significativa. Es la referencia a un culto contemporáneo: el de la inmediatez de la imagen por encima del trabajo de la percepción o, peor aún, la dificultad del conocimiento. Sin embargo, la joven se sume en el misterio: el cartel se dobla sobre sí, media mirada se oculta, y una sombra cubre parte de la expresión y amenaza y anuncia lo que no puede verse a primera vista.
¿Y qué es? El principio de la decadencia, sí, la marca de lo mortal en lo joven y bello, sí, pero también algo más. El propio misterio de la percepción. El jeroglífico que es mirar y desear ser descifrado –no admirado ni idolatrado– antes de caer, de despegarse del todo. Tal como intuía la filosofía platónica, lo que vemos es sólo la versión lejana, la apariencia engañosa y pudorosa, de lo que hay y debe ser expuesto. La paradoja –o el milagro– es que nadie se expone por sí solo: necesita de otros dos ojos que creen un retrato o un relato. Estos también serán engañosos, pero permanecerán cuando el cartel haya sido barrido del suelo.
Xita Rubert es escritora y docente en la Universidad de Princeton, donde actualmente prepara su doctorado en Literatura Comparada.