Vagamente familiar
Malcolm Otero Barral
Adolf Mas
Fotografía para un cartel de neumáticos. Gráficas Seix & Barral Hermanos, 1909
© Fundació Institut Amatller d’Art Hispànic
Siempre he encontrado hipnóticas las fotografías de Adolf Mas. Como años más tarde harían fotógrafos como Francesc Catalá Roca o Agustí Centelles, supo inmortalizar el carácter de la Barcelona de principios del siglo xx. Con su talento para captar el trasfondo humano y su toque narrativo, nos legó desde instantáneas icónicas de las zonas más depauperadas de la ciudad, hasta la exuberancia de la burguesía barcelonesa. Y en el momento que empecé a bucear por su archivo, esperaba reencontrarme con esas imágenes emblemáticas que hicieron que traspasara el umbral de la posteridad, a saber, la célebre fotografía del efímero Café Torino, las barricadas de la Semana Trágica, los niños jugando al potro en Les Corts o a Ramon Casas en su estudio. Efectivamente, todas esas fotografías del llamado fotógrafo del modernismo volvían a fascinarme como la primera vez.
Pero una fotografía, que yo no relacionaba con Adolf Mas, me resultaba extrañamente familiar. No parecía seguir los patrones de su obra. Era una foto de estudio muy moderna en la que aparecía un hombre, con una pierna en escorzo, vestido con un abrigo brillante y sujetando un neumático de color claro. Era una fotografía –esta o una muy similar de la misma sesión– que recordaba de manera nebulosa de mi primera infancia.
No fueron necesarias muchas pesquisas para descubrir que el modelo de la fotografía era Carles Barral Nualart, mi bisabuelo. Barral Nualart fue cartelista, escritor –sobre todo bajo el pseudónimo de Capitán Argüello– y, en la época de la fotografía, el director de arte de las imprentas Hermanos Barral que dos años más tarde, en 1911, pasarían a ser Gráficas Seix & Barral Herms., cimiento de la ulterior editorial literaria. Gran aficionado a los automóviles y a la velocidad (fue dos veces portada de la revista Los Deportes por sus hazañas automovilísticas) fue uno de los burgueses catalanes, junto a Francesc Seix o el pintor Ramón Casas, que fundaron el Real Automóvil Club de Barcelona en 1906, germen del racc actual. Otro de los primeros miembros era el empresario de origen alsaciano Georges Klein. Y precisamente para un cartel publicitario de los neumáticos Pneu-Klein, Carles Barral hizo con Adolf Mas una sesión fotográfica completa en busca de una solución compositiva y esta fotografía es una de ellas.
Desde joven uno ya estaba admirado por las magníficas fotografías de Adolf Mas, por su mirada sincera y fresca y su modo sutil de retratar la ciudad de Barcelona, su arquitectura y sus gentes. Pero ahora, tras el descubrimiento de la autoría de esta fotografía tan avanzada a su tiempo, que yo creía de décadas después, no puedo sino asombrarme más ante su talento y, de paso, agradecerle que, a través de esta fotografía, haya recuperado un pedazo de mi propia historia familiar.