Una voz amiga
Nuestros mayores ya no están solos
Los voluntarios de Fundación MAPFRE están a su lado con la iniciativa “Una voz amiga”. A través del teléfono les ofrecen acompañamiento lúdico, cultural y emocional.
La experiencia de escuchar, leer juntos o compartir anécdotas enriquece a todos. Nuestros voluntarios se hacen más grandes con esta experiencia. Nos lo cuentan en primera persona.
En momentos difíciles pueden surgir cosas maravillosas
Ha sido muy gratificante participar en este programa, he tenido la oportunidad de conocer a una gran mujer como mi Voz Amiga, con quién he compartido experiencias de la vida de ambas. Le comenté la posibilidad de compartir esos ratos con una de mis hijas y poder desarrollar una especie de diario que titulamos “Abuela, cuéntanos tu historia” siempre respetando su privacidad. En estos maravillosos encuentros descubrimos su amistad con un gran filósofo, Fernando Sabater, y la casualidad quiso que a mi hija, en su colegio, le pidieran que realizara un artículo para la revista del colegio. Así entrevistó a Pilar, después de que ella aceptara compartir con nosotras sus vivencias. La entrevista ya fue publicada.
De momentos tan difíciles como estos también surgen cosas maravillosas, muchas gracias por la oportunidad.
Sacar sonrisas y llenar de alegría a mayores que están solos
Les comento que desde los 22 años he hecho voluntariado y en esta oportunidad a distancia es un poco diferente.
En principio fue como un poco difícil entablar la conversación con la Sra. Felicitas, pero de verdad me dio mucho gusto cuando me dijo que le alegraba a ella que yo la estuviera llamando y me agradeció.
Siento que sólo dedicando unos minutos de nuestro tiempo podemos sacar sonrisas y llenar de alegría a estas personas que tienen ya más de un mes sin poder ver a sus familias.
En mi caso y con gusto lo volvería a hacer sin ningún problema.
Palabras que llegan a los corazones
Una de las llamadas que realicé hoy fue muy difícil ya que los beneficiarios habían perdido en estos últimos días seres queridos por la COVID-19 o por otras enfermedades.
Es muy triste escuchar lo temerosos que están ante esta situación y el que no puedan ir a darles un último adiós o hacer una oración, pese a que intentan tener el mejor ánimo. Se escucha en su voz cortada lo difícil que es para ellos no saber cómo manejar todo este mundo de emociones que les genera sin embargo agradecen mucho el que estemos en contacto con ellos, me piden seguir haciendo esta labor tan bonita porque les damos ánimo y fe.
Es muy bonito recibir su agradecimiento y bendiciones porque pese a todo lo que están viviendo, su experiencia y edad les hace ser muy humanos y bondadosos.
De verdad hoy fue un día complicado, espero que mis palabras y apoyo hayan llegado a sus corazones.
Una acción diferente y retadora
Es una actividad totalmente diferente a lo que venimos realizando en el Voluntariado, es una iniciativa que nos acerca con quien lo necesita. La tarea pareciera fácil pero es retadora porque tenemos que conocer por medio de la llamada al abuelito que estamos contactando y tener su interés en la conversación. Es una experiencia gratificante para nosotros porque también descubres que el apoyo que requieren ellos no sólo es económico sino también de acompañamiento sobre todo en este tiempo de aislamiento.
El Sr. Tabares se mostró accesible para entablar la conversación. Al principio no tenía claro el objetivo de la llamada pero poco a poco lo fuimos conversando.
En esta llamada me fue muy bien. El Sr. Lugo se prestó mucho para entablar una conversación, es un abuelito muy amable el cual me estuvo platicando sobre las experiencias por las que ha pasado en el transcurso de su vida.
Endulzar la rutina de nuestros mayores
El programa “Una Voz Amiga” sin duda es uno de los apoyos más cálidos y humanos que la Fundación ha aportado, y más en estos tiempos excepcionales de incertidumbre y aislamiento debido a la pandemia derivada por la COVID-19. En esta coyuntura debemos estar más unidos que nunca y velar por los grupos más vulnerables.
Una llamada telefónica para acompañar a la distancia a adultos mayores que no tienen la fortuna de estar con sus seres queridos, parece una acción simple y tal vez sin valor, pero representa un llamado de solidaridad, de compañerismo y de sentir que estás presente para endulzar, aunque sea por un breve momento, la rutina de nuestros adultos mayores.
Y esta acción es recíproca, estas llamadas rompen con la rutina y nos trasladan a una época donde no existe el virus, donde hay invitaciones a festejar cumpleaños, a cocinar y escuchar la radio juntos, es la nueva normalidad que ansías se convierta en una realidad.
Fue una muy grata experiencias que sin duda, estaría dispuesto a repetir.
Crear un espacio de confianza
Tuve la grata experiencia de sostener una conversación con la Sra. Maria Luisa, con quien, luego de unos primeros minutos de nerviosismo inicial, de forma muy rápida se logró desarrollar una amena conversación, natural y en un espacio de confianza. La necesidad de ser escuchada y sentirse acompañada era notoria, lo único que esperaba era un trato decente y una escucha activa, demostrando interés y respecto.
En la conversación, acompañada de risas y anécdotas, lo único que faltó fue ponerle rostro a la voz amigable y de agradable tono. Percibí toda una historia detrás de Doña Maria Luisa y compartimos, cómodamente, temas de vida… por supuesto, ella con un bagaje mucho más extenso y generoso que la de este humilde voluntario de Fundación MAPFRE. Aprendí de esos, para ella, pequeños detalles, pero para mí lecciones; por ejemplo, cuando habló de su finado esposo con admiración y orgullo, del andar de décadas a su lado y de cómo le enseñó muchas cosas, por ejemplo a leer.
Nos despedimos con buen ánimo y con la expectativa de volver a conversar el próximo miércoles, prestando atención a esos pequeños – grandes detalles que tiene la vida.