Ein Abend in Berlin [Una tarde en Berlín]
George Grosz
Ein Abend in Berlin [Una tarde en Berlín], 1929
© George Grosz. VEGAP. Madrid, 2020
© COLECCIONES Fundación MAPFRE
Fecha de ingreso: 2009
Técnica
Acuarela, y tinta china sobre papel verjurado
Medidas
Mancha: 48,6 x 62,4 cm (19 1/8 x 24 9/16 in.)
Marco: 74 x 87,5 x 4 cm
Inventario
FM000292
Descripción
La obra de George Grosz adquirió en los años de la República de Weimar un sentido crítico radical, en especial en dibujos recogidos en álbumes, Das Gesicht der herrschenden Klasse [El rostro de la clase dominante] (1921), Abrechnung folgt! [¡Ajustaremos cuentas¡] (1923) y, el más célebre de todos, Ecce Homo (1923). En todos ellos hizo una crítica mordaz, profundamente sarcástica, de la sociedad burguesa y el sistema económico capitalista, del militarismo y de la inmoralidad, de la corrupción. En los años siguientes, años de profunda agitación política en Alemania y en Europa, en los que surgió y se desarrolló el nacionalsocialismo y el fascismo, Grosz mantuvo su sentido crítico.
La representación de la vida cotidiana fue una constante de los artistas alemanes de los años veinte y treinta pero ninguno llegó a los niveles de sarcasmo que alcanza Grosz. Su obra, en especial sus dibujos, que consideraba una verdadera “«arma de combate»”, reúne una fuerte intención política con un conocimiento de la tradición clásica y, simultáneamente, de la agitación propia de Dada. La vida cotidiana, personajes, lugares, acontecimientos, paisajes urbanos, se ennoblece en el tratamiento de los motivos según las pautas de la llamada “nueva objetividad” y se deforma con una ironía que recuerda en ocasiones a los mejores dibujantes del siglo XIX.
Ein Abend in Berlin es expresión de ese sentido crítico y del tono caricaturesco que es rasgo central de su autor, pero nos engañaríamos si nos limitásemos a ver en la imagen una simple y banal caricatura. El desasosiego que produce tiene su origen en el tratamiento del motivo, más allá de la deformación de los rostros y la comicidad conscientemente buscada. La disposición espacial produce una sensación opresiva por la disposición de los planos inclinados, profusamente decorados, que crean un espacio en el que se hacinan tanto los objetos, muebles, cuadros, alfombras, cortinas, motivos decorativos, como los personajes. La escena festiva, un baile en un interior burgués, se transforma así en una escena angustiosa y brutal: Grosz juega con el tamaño y la colocación de las figuras y, en un somero recuerdo del tópico de “«la bella y la bestia”», hace de las figuras de los burgueses acomodados personajes deformes y de las mujeres, objetos del deseo de aquellos hombres.
La aparente sencillez de la escena no debe ocultarnos la sabiduría y la habilidad con la que se ha realizado. El tratamiento de los personajes femeninos, el movimiento de las líneas curvas, acentuado en las veladuras de la que baila, recuerda la tradición pictórica alemana, y la construcción espacial nos hace pensar en un manierismo que posee en este dibujo un sentido crítico original. El contraste entre las dos figuras, mujer y hombre, sentados en el sofá es muy marcado, y, a su vez, también lo es el contraste con las dos figuras que bailan, así como la presentación de una escena cotidiana –toman café, fuman y bailan en un interior doméstico- y la tensión erótica que se pone de manifiesto. La sexualidad queda remarcada en el vestido que ciñe a la mujer que baila, la mano como garra del caballero que la sujeta, su mirada, no menos que la mirada jocosa y maliciosa del hombre sentado/echado en el sofá.
Cuatro años después de realizar este dibujo, en 1933, Grosz decidió marchar a Alemania. El ascenso al poder de Adolf Hitler hacía muy precaria su existencia pues, además de la condición crítica de su obra, Grosz, miembro del KPD (Partido Comunisa Alemán) se había significado en los enfrentamientos políticos habidos en los años veinte e incluso había sido acusado de injuriar a las fuerzas armadas. Su arte entró a formar parte del que los nacionalsocialistas llamaron “«arte degenerado»” y como tal figuró en las exposiciones que se hicieron bajo ese rótulo. Para entonces, Grosz había emigrado a los Estados Unidos, había obtenido la nacionalidad estadounidense y trabajaba de forma activa enseñando, pintando y dibujando, aunque su obra perdió el carácter mordaz que poseía anteriormente.
[Valeriano Bozal]
Firmado y fechado ángulo inferior izquierdo “nº 10”
En el reverso “George Grosz Berlín= Wilmersdorf Trautenaustr. 12 TE. H2 Uhland 5748”
BUSSMANN, Georg; SCHNEEDE, Uwe M.: y SCHNEEDE-SCZESNY, Marina. George Grosz: Leben und Werk. Frankfurt am Main: Büchergilde Gutenberg, 1976.
CASANOVA, María y PÉREZ, Carlos. George Grosz: obra gráfica: los años de Berlín. Valencia: IVAM, 1992.
George Grosz, Dessins 1920-1932. París: Galería Tendances, 1995.
George Grosz: Dessins et aquarelles. París : Galería Claude Bernard, 1966.
George Grosz: Handzeichnungen, Aquarelle, 1912-1955. Berlín: Staatliche Museen Preussischer Kulturbesitz, Kupfertichkabinett, Nationalgalerie, 1971.
LEWIS, Beth I. George Grosz: art and politics in the Weimar Republic. Princeton: Princeton University Press, 1991.
SABARSKY, Serge. George Grosz ‘les années berlinoises’: dessins et aquarelles de 1912 à 1931, París : Musée-Galeria de la Seita, 1995.
SCHUSTER, Peter-Klaus, y ADKINS, Helen. George Grosz: Berlin – New York. Berlín: Nationalgalerie, 1994.
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