La chouette [La lechuza]
Francis Picabia
La chouette [La lechuza], 1925-1926
© Francis Picabia, VEGAP. Madrid, 2020
© COLECCIONES Fundación MAPFRE
Técnica
Acuarela y grafito sobre papel
Medidas
Papel: 25 × 32,2 cm
Marco: 61 x 68 x 4 cm
Inventario
FM000313
Descripción
Después del esplendido período creativo de los primeros años veinte, caracterizado por escasas pinturas pero de tanta relevancia como L’Oeil Cacodylate o La Nuit Espagnole, Picabia, una vez abandonado de forma pública y notoria el movimiento dadá, retomaba la pintura de un modo ya sistemático lanzándose con desparpajo a pintar todo tipo de temas y estilos pasando absolutamente de todo lo establecido, tanto en los círculos vanguardistas como en los tradicionales.
En 1926 se celebraba en el famoso Hotel Drouot la subasta de la supuesta colección de picabias de Marcel Duchamp, 80 piezas que constituían toda una antológica: de las primeras obras impresionistas a las más contemporáneas. En el prólogo del catálogo el propio Duchamp dividía la producción reciente de su colega en: «temas españoles», «monstruos» y «collages», tal como recuerda Maria Lluïsa Borràs, una de las principales especialistas en Picabia. Sin lugar a dudas, La Chouette pertenece al segundo grupo pero ya apunta a otra serie futura, inmediatamente posterior, las «transparencias» aunque en este caso aún no se dé esa curiosa y original yuxtaposición tan característica en la obra del artista entre 1926 y 1931, ni tampoco las obligadas referencias a la pintura románica que tanta influencia ejercerían en su obra, sobretodo a partir de un nuevo viaje a España, y en concreto a Barcelona, realizado en 1927.
La figura de la derecha de La Chouetteparece un extraña divinidad —quizá una diosa del amor o el sexo— y se inscribe claramente entre los «monstruos», con sus violentas líneas angulares, casi maquinistas y abstractas, que remiten a la obra más atrevida de Picasso, tanto la cubista de los años 1907 al 1910 como a la de los años veinte posterior al neoclasicismo, pero a la vez preceden ciertas caligrafías surrealistas de André Masson. Sin embargo, las dos figuras de la izquierda, de corte clásico, también recuerdan lejanamente a Picasso pero a su período rosa de Gòsol y son un primer testimonio de las figuras desnudas, pintadas ya de un modo convencional pero muy descarado, que serán omnipresentes en toda la dilatada serie de «transparencias» como fondo o tema central del cuadro. Por otra parte, el pájaro situado en la cabeza de la mujer, que da el título a la obra, es una imagen de clara influencia egipcia, pero tratándose de una lechuza o un búho, símbolo de Atenea y de la sabiduría, nos traslada a Grecia, en una trasgresión que también tiene algo de provocador. Esta mezcla de mitologías y religiones será muy frecuente en la producción picabiana de la segunda mitad de la década de 1920.
Las parejas de amantes, normalmente desnudos, es otra constante, tanto en los «monstruos» como en las «transparencias». Representan la afirmación de la vida por encima del arte y las tendencias a la moda, una actitud vindicada ya en la última serie de la revista 391 de 1924 publicada, según Borràs, en plena guerra contra André Breton y en la que Picabia proclamaba el «instantaneísmo», un movimiento fugaz que dará por lo menos una gran obra maestra bífida: Relâche / Entr’acte, dos piezas de un mismo espectáculo realizado para los Ballets Suedois de Rolf de Maré, con música de Erik Satie, además de otro experimento parateatral: Ciné-sketch con la participación de Duchamp y Francisque Picabia que salían desnudos en el escenario a modo de Adán y Eva, según una foto tomada presumiblemente por Man Ray. Los amantes de La Chouette tienen alguna relación con los figurines de Relâche, desnudos o en ajustado maillot, y sobretodo con la citada escena erótica de Ciné-sketch. La actitud claramente sexual de la pareja es una provocación más de Picabia a quien encantaba épater le bourgois en su propio medio; no en vano era él, entonces, un rico heredero instalado en un extravagante castillo construido a su gusto y medida en la Costa Azul. La figura masculina de la pareja de La Chouette podría ser, incluso, su propio autorretrato.
[Josep Casamartina i Parassols]
Firmado en el ángulo inferior derecho
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