Sin título

Técnica

Collage

Medidas

Mancha: 38 x 56 cm (14 15/16 x 22 1/16 in.)

Inventario

FM000269

Descripción

El escultor Eduardo Chillida dedica gran atención al trabajo sobre papel desde sus años como estudiante en Madrid, en la década de los cuarenta. Inicialmente estos trabajos eran casi siempre nítidos dibujos cuya línea, como ha señalado Kosme de Barañano, «no describe, sino que formula» (Eduardo Chillida. Elogio del Hierro, cat. exp., Valencia, IVAM, Centre Julio González, 1998, p. 21). En los primeros años de la década de los cincuenta comienza a recortar papeles creando composiciones en las que el límite del papel funciona como línea compositiva y las superposiciones y texturas sugieren una cierta idea de espacio y de volumen. En realidad, y puesto que en la obra de Chillida es difícil establecer una solución de continuidad entre escultura, relieve, collage y dibujo, podemos decir que estas composiciones responden a un principio parecido al que el escultor emplea, por ejemplo, en las puertas de la basí­lica de Aránzazu (Guipúzcoa), en 1954. Éstas son auténticos collagesmetálicos, relieves casi planos en los que se superponen chapas de hierro forja­do, con diferentes bruñidos, a la madera.

El mismo concepto de construcción plástica basado en la tensión entre espacio y superficie se produce en el collage sin título que ahora comentamos.En él se superponen fragmentos de papel cuya textura y cromatismo evocan ambiguamente cualidades visuales tanto del hierro —óxido— como de la madera, dos materiales con los que Chillida trabajaba entonces intensamente en términos escultóricos.Si los fragmentos de papel encolados sugieren textura, relieve y masa, un vacío de profundidad infinita aparece tras ellos, en la superficie blanca del papel que queda al descubierto. De esta forma, vacío y masa —elementos esencialmente espaciales, escultóricos— dialogan en una superficie bidimensional, cuestionando los límites entre las artes y, sobre todo, poniendo de manifiesto la intensa poética del espacio (según el título del ensayo de Gaston Bachelard, 1957) que centra toda la reflexión plástica del artista.

[María Dolores Jiménez-Blanco]